Las termitas, esos pequeños insectos de entre 4 y 6 milímetros de largo que se alimentan exclusivamente de la celulosa de la madera. En todas las provincias españolas hay terminas. Si existe un edificio con estructuras de madera puede aparecer el problema con estos insectos y si se produce un descuido en el mantenimiento de esos inmuebles la cuestión se hace entonces más insostenible.
La actividad constructora de las termitas es de las más complejas. Como son ‘lucífugas’ y necesitan una temperatura templada para sobrevivir, construyen túneles bajo la madera, casi nunca en el exterior, los materiales que utilizan son tierra, residuos orgánicos, y saliva. Van horadando este material y colocando esta especie de cemento entre dos piezas de madera, así realizan unos tubos con capacidad para hacer dos vías, una de subida y otra de bajada. De esta forma no tienen que salir al exterior, están protegidos de la luz, y pueden mantener una temperatura y humedad constantes que les protege de las agresiones de fuera.